Bioconstrucción en La Sierra

La sierra Nevada de Santa Marta está ubicada en la zona norte o región caribe del territorio nacional Colombiano. Comprende predios de tres departamentos (Magdalena, Guajira y Cesar), por razones prácticas y para un mayor entendimiento sobre el tema se ha dividido en tres (3) caras: la cara norte pertenece a magdalena y Guajira, la cara occidental al Magdalena y la cara suroriental al Cesar. Es una formación montañosa que se yergue de manera súbita, desde orillas del Océano atlántico (mar caribe), hasta los 6000 msnm. Posee todos los climas y microclimas propios de cada región del país, dos resguardos indígenas: Kogui Malayo y Arhuaco, dos parques nacionales naturales: parque nacional natural Sierra Nevada de Santa Marta y parque nacional natural Tayrona, tres macrocuencas hidrográficas: mar caribe, ciénaga grande de Santa Marta y rio Cesar, incluidas en ellas las treinta y cinco cuencas y una gran riqueza biológica, cultural y antropológica, dignas de ser conservadas preservadas y regeneradas para el bien de la madre tierra y de sus hijos, incluidos los seres humanos.

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Para la Fundación Tinguaco es un objetivo prioritario contribuir en la conservación, la preservación y la regeneración del patrimonio biológico de la sierra nevada de Santa Marta y en la calidad de vida y el bienestar de las comunidades indígenas, campesinas y sus demás pobladores. Así mismo promover el uso sustentable del suelo, del agua, de los bosques y en general de los recursos naturales, ya que según la constitución política Colombiana, artículo 8 dice:

“es deber del estado y de las personas proteger las riquezas culturales y naturales del país.”
Reserva Arhuaca, Departamento del Cesar, Colombia
© Fundación Tinguacó

Habitantes de la Sierra

Los Arhuacos o Ijcas como también ha sido conocida su tribu, entre los Tayrona, están apostados en las tres caras de la sierra, pero mayoritariamente en la cara suroriental y occidental. Silenciosos, afectuosos, apacibles o mansos, dignos y altivos, sus cuerpos visten mantas blancas como la nieve de sus cumbres montañosas, sus cabezas son cubiertas de por largas cabelleras negras, parecidas a las raíces de los árboles que pueblan la madre tierra, donde reposa su gorro o tutusoma, emblema distintivo de sus altas montañas: El corazón del mundo. También se destaca entre sus pertenencias el poporo el cual tiene como función... Van siempre acompañados de sus esposas (atis), las cuales tejen eternamente una danza celestial y de sus hijos afectuosos y respetuosos que revolotean alrededor de sus mulas jadeantes y sudorosas, a consecuencia de largas jornadas por senderos de alta montaña. A este pueblo pertenece el señor Santiago Márquez o el Mamo Kuncha, como se le conoce entre los Arhuacos.

El Mamo nació en Mamankana, límites entre Magdalena y Cesar. Desde sus primeros años de edad, obtuvo su formación de un maestro o Mamo mayor. Cuando creció y se hizo adulto lo casaron, por orden de su padre, con Ati Awisama, su esposa y madre de 10 hijos. Allí vivió hasta el año 2002, año en el cual bajo de las altas montañas y junto a diez líderes de su comunidad fundaron y construyeron el pueblo de Gunmaku, donde se mantuvo hasta el 2004, ya que por razones de seguridad en la zona, regreso a Mamankana a modo de retiro espiritual para recuperarse y fortalecerse del impacto generado por el contacto con las culturas exteriores: colonos y extranjeros. Cuatro años después (2008) regreso a Gunmaku, época en la que nació su ultimo hijo. En el 2013, como un reconocimiento por parte del Cabildo-Gobernador y por sus buenos oficios como líder y fundador de la Escuela de Mamos, le fue asignado un lote de terreno o predio rural, en la Vereda los Jardines, Corregimiento de María Angola, Municipio Valledupar, Departamento Cesar, con un área aproximada de 70 hectáreas. Allí vive con su familia más cercana: esposa, hijos, hijas, nietos, nietas, yernos y nueras, todos dedicados a las labores agrícolas, artesanales, espirituales y estudiantiles.

Mamo Kuncha y Ati Awisama
© Fundación Tinguacó

El mamo dedica su preciosa vida y su valioso tiempo a las actividades agrícolas, como ya se mencionó, a las consultas espirituales, a la formación de los futuros mamos, atreves de la “escuela de mamos” y a orientar y dirigir el rumbo de su familia y el de su comunidad ancestral. Como un colibrí nevado revolotea de pueblo en pueblo, polinizando almas para que valoren, respeten y protejan la madre tierra.

Bioconstrucción

Para apoyar al Mamo y a su familia el propósito es construir una solución de vivienda digna, sana, segura, y sustentable, de forma circular (7 metros de diámetro), de dos plantas (primera planta para zona social y segunda para zona de habitaciones o cuartos de dormir), elaborada con técnicas mixtas: paredes de superadobe (tierra, arena, grava y cal), techos de madera, bejucos y hojas de palma amarga, pisos de tierra y madera, para el primero y segundo piso, respectivamente y gramíneas y fibras naturales para algunos procesos, aplicaciones e imperfecciones. Ésta será destinada para la habitación de algunos miembros de la familia, para la recepción de personas de su tribu, para el intercambio entre culturas, para las consultas del mamo y para las actividades propias de las zonas rurales colombianas.

Una Bioconstrucción es un proceso constructivo que usa recursos o materiales provenientes de los entornos naturales, por lo tanto están sujetos a regenerarse en un ciclo que, en condiciones normales, es similar al de seres vivientes. Se entiende que en el peor de los escenarios sus componentes vuelven a incorporarse a la naturaleza, sin contaminar, lo que la hace altamente sustentable y amigable desde cualquier punto de vista. Y en la medida de lo posible se abstiene de utilizar herramientas o equipos muy sofisticados que puedan llegar a perturbar o contaminar a través de diferentes fuentes, como las auditivas, las respiratorias… tanto a las personas, como a los animales y en general a toda la biodiversidad del lugar de la obra.

Este proceso otorga una serie de ventajas que son dignas de mencionar por su alto valor ecológico y social, entre ellas se pueden destacar:

  • Bajo impacto sobre los ecosistemas naturales.
  • Excelente regulación térmica.
  • Buen aislante electromagnético.
  • Regulación natural de la humedad.
  • Da un distintivo único a cada proyecto que se emprende.
  • Es inofensivo por lo que no contiene sustancias toxicas y es altamente reciclable o reutilizable en incontables procesos.
  • Bajo costo en su mantenimiento.
  • Es sismoresistente.
  • Proporciona valor y estima al talento y a las manos de sus constructores.
  • Son obras dignas, sanas, seguras y sustentables desde donde se miren.
  • Facilidad para adelantar procesos de autoconstrucción, esto quiere decir que pueden ser construidas por cualquier persona con unos conocimientos básicos.

Objetivos específicos

Para el logro del propósito superior se hace indispensable cumplir con unos objetivos de menor envergadura, que si son debidamente llevados a efecto garantizaran el éxito de esta empresa, ellos son:

  • Conseguir los recursos necesarios para el normal desarrollo del proyecto constructivo, a través de convocatorias, campañas…
  • Desarrollar la obra por intermedio de talleres prácticos, “aprender haciendo”, durante dos (2) meses.
  • Planear meticulosamente una logística eficiente y armónica en tema tales como: alimentación, hospedaje, transporte de materiales, herramientas y participantes, entre otros.
  • Realizar actividades de intercambio cultural (rituales, ceremonias, etc).
  • Recopilar experiencias y saberes relacionados con el proceso constructivo.

Este proyecto se encuentra en proceso de planeación y no tiene fecha de implementación debido a Covid-19. Contactanos en fundacion@tinguaco.org si quieres participar o saber más acerca de nuestro proyecto de Bioconstrucción.

Reserva Arhuaca, El Cesar, Colombia dondé haremos el proyecto de Bioconstrucción
© Fundación Tinguacó
“El arquitecto del futuro se basará
En la imitación de la naturaleza [madre],
Porque es la forma más racional,
Duradera y económica
De todos los métodos.” – (Antonio Gaudí)